Inicio
  NÚMERO 3 \ EXPERIENCIAS -- SECUNDARIA
 
 


2. REVISTA “CRISOL”
I.E.S. “Enrique Díez Canedo” de Puebla De La Calzada (Badajoz)

Rosa Ramos Sánchez
Enrique García Fuentes

 

 
 

Paralelos son los caminos de nuestro instituto, “Enrique Díez-Canedo”, y nuestra revista Crisol pues la andadura de uno ha ido teniendo su reflejo en la otra prácticamente desde que nos instituimos como tales. Con el que acaba de salir, que se acompaña de un especial dedicado precisamente a nuestros diez años como instituto, la revista cumple su número nueve (sólo un año faltó a la cita con sus lectores). El número de años transcurrido y la ilusionante puesta en marcha de cada curso, permiten comprender rápidamente que la experiencia no ha podido ser más satisfactoria. Cierto es que cuesta el arranque, reuniones y más reuniones, períodos de estímulo y concienciación, sobre todo a los alumnos y a los padres, de que nuestra revista es la revista de todos, de que es la revista del instituto y que todas y cada una de las partes que lo integran están llamadas a participar en ella.

Sería una mentira grande señalar que en Crisol dieron sus primeros pasos importantes escritores y preclaros investigadores, pero bueno, quizá todo llegue en su momento; hasta ahora, nuestra revista se ha caracterizado por su total apertura a todos los participantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje y creemos no exagerar cuando decimos que todos los que participan en ella (no sólo colaborando directamente, sino con su lectura y disfrute) han sentido estar formando parte de algo pequeño pero muy importante. Desde un primer momento quisimos que Crisol se considerase un vehículo para la expresión libre y democrática de nuestras actividades como seres humanos; nunca hemos distinguido en las colaboraciones entre alumnos, profesores, personal del P.A.S. o miembros de fuera de nuestra comunidad, antes al contrario, nuestras páginas adoptan pretendidamente la forma de un totum revoltum donde conviven opiniones, experiencias, literatura, reportajes, entretenimiento y un sinfín de cosas más a las que sólo se les exige unos niveles mínimos de calidad y una completa tolerancia en cuanto a las opiniones vertidas.

Fácil es deducir con estos antecedentes que la colaboración de la comunidad ha sido constante. Cierto es que nos gustaría decir que entusiasta, pero sería faltar a la verdad. A veces descorazona un poco la parca asistencia a las reuniones preparatorias para la confección de los números, pero resulta muy gratificante que aquellos que al final se comprometen a la colaboración acaban cumpliendo casi a rajatabla. Es verdad también que el amplio número de actividades extraescolares que nuestro instituto desarrolla supone un fértil suelo para las colaboraciones; sin ningún tipo de contrapartida se suele pedir al alumnado que aporte su punto de vista y su experiencia ante la actividad y nos congratula decir que si ésta ha sido de su agrado se multiplica el número de colaboraciones. Convencer a los reticentes, animar a los que quieren pero se ven superados por el “corte” de ver su nombre en una publicación, se convierte muchas veces en la principal tarea de quienes gestionan la organización de la revista. Escribir, como toda actividad artística que se precie, requiere de un arduo proceso de ensayos y errores a los que a veces algunos (y no nos referimos en exclusiva a los alumnos, ni mucho menos) renuncian antes de empezar; pero cuando al final superan todas sus reticencias, les cabe el orgullo, sobre todo, de participar en un proyecto común al lado de otros miembros de la comunidad educativa. Entiéndase aquí que no fomentamos ninguna clase de proselitismo, pero es precisamente en el formato de nuestra revista, al aparecer firmas de diferentes sectores, cuando adquiere uno conciencia de que estamos ante un proyecto común del que todos participamos, y Crisol es nuestro portavoz.

Independientemente de que la Junta de Extremadura premiara a nuestra revista por su diseño y sobre todo, por su adecuación a todo un proyecto educativo, Crisol ha tenido siempre dos pilares sobre los que asentar su andadura: por un lado lo ya mencionado de erigirse en vehículo portador de las inquietudes del centro y por otro, contribuir desde la base al necesario fomento de la lectura no sólo del alumnado, sino de toda la comunidad educativa. Es precisamente esta segunda intención la que hace que nuestra revista adolezca más de la cantidad de letra impresa que de la ilustración fotográfica o plástica. Sin desdeñar, por supuesto, esta faceta, hemos optado siempre por un texto que transmitiera emociones, opiniones e inquietudes e incitara a los lectores a convertirse en futuros redactores de la misma. Nunca dudamos de que el ejemplo de los iguales es el que más atrae a los renuentes. Que cada año, por lo menos, no disminuya el número de participantes y el instituto en pleno se identifique con su revista, y muchos de los que ya no están con nosotros nos la sigan demandando nos parecen inestimables señales de que estamos en el buen camino.

 
Descargar el artículo (formato.pdf)
 
 
 
<< atrás