Algunas reflexiones sobre la biblioteca escolar y nuestro proceder como animadores y animadoras de la misma.
A mediados de marzo de 2007, nuestra biblioteca escolar celebrará su 19 cumpleaños (o “cumplecursos”, si se prefiere). Hace pocas fechas, el Ministerio de Educación y Ciencia premiaba nuestra trayectoria con el Primer Premio Nacional en el Concurso de Buenas Prácticas en Bibliotecas Escolares del año 2006. Nuestras señas de identidad, en todo este tiempo, han sido el trabajo, la participación, la innovación, la naturalidad y la constancia. Nunca tomamos nuestro trabajo como un proyecto con caducidad, aunque siempre hemos estado y estamos expuestos a situaciones de precariedad porque la adscripción al Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil (que es quien se ocupa de organizar, dinamizar, alimentar y gestionar la biblioteca escolar) es totalmente voluntaria. Por trabajo entendemos la necesidad anual de elaborar un plan de actuación y de llevarlo adelante, fomentando la participación del profesorado, de los niños y niñas y de las familias, en la medida de nuestras posibilidades. Aunque a la hora de planificar nuestras actuaciones, es necesario repetir algunas cuestiones, cada año abordamos temas nuevos de trabajo que suponen retos estimulantes, desafíos sugerentes que debemos resolver atreviéndonos a proponer actividades, metodologías, soluciones nuevas y así, año tras año, con una vocación de perdurabilidad. Esta labor de fomento de la sensibilidad cultural, de animación a la lectura, requiere sobre todo constancia; es como el fuego: si no echas leña o dejas que se consuma la que está ardiendo, se apaga. Con la biblioteca escolar pasa algo parecido; como dejes que se apodere la desidia, la dejadez, la rutina,… la invisibilidad y el olvido se adueñan de la misma y todo lo conseguido es posible que se diluya en poco tiempo y entonces, ¿quién y de dónde sacará fuerzas para reiniciar las actuaciones? La naturalidad tiene que ver con actuaciones que no convoquen a través de extravagancias o acciones fuera de contexto; por ejemplo, para animar a leer, lo más recomendable es leer, llevar libros en las manos, leer en voz alta, hablar de libros y enseñarlos con frecuencia; escribir con distintos registros y variados fines; acudir, también con frecuencia, a la biblioteca escolar a manejar materiales informativos diversos y otras acciones similares, desprovistas de parafernalias y accesorios que poco o nada tienen que ver con el uso de fuentes informativas, con la pausa que propone la lectura silenciosa y personal, con la concentración necesaria para caminar por los vericuetos imaginativos que los libros ponen ante nosotros y nosotras…
ANIMALECTORES
Quería ofreceros una idea que hemos llevado a la práctica hace pocas fechas. Una idea que, partiendo de los libros de nuestra biblioteca escolar, nos proponga dos cosas: fijarnos en algunas ilustraciones que actúen directamente desarrollando el gusto estético de niños y niñas y en algunos libros que las contienen. En esa simbiosis de texto e imágenes se proponen dos lecturas: la de las imágenes y la de las historias escritas. La exposición la hemos llamado: ANIMALECTORES. Y os hablo de ella, a continuación, para que esta incursión oscense en “tierra literaria y bibliotecaria extremeña” sea una incursión fértil, de intercambio de ideas.
Durante un par de años, fuimos recopilando pacientemente ilustraciones en las que aparecían animales leyendo, pensando que en algún momento podríamos hacer algo con ellas, y durante el primer trimestre de este curso creímos llegado el momento.
Desde hace ya cinco años organizamos en esas fechas de octubre (Día de la Biblioteca ) y noviembre una actividad desde la biblioteca escolar que consiste en:
Una exposición de libros sobre un tema definido (libros de ratones, de osos, de cerdos, de vacas y ballenas... o libros de “bichos”, como es el caso de este año); exposiciones de marcapáginas, carteles, ilustraciones de El Quijote, portadas del boletín trimestral que venimos haciendo desde hace muchos años, etc.
Una adecuada ornamentación de la biblioteca con motivos relacionados con el tema elegido (por parte de un grupo de madres que ponen un punto artístico y de sorpresa en las ventanas y techo de la biblioteca)
Varias sesiones de Cuentacuentos para todo el alumnado del centro por parte de otro grupo de madres (curtidas ya en estas lides de promocionar los libros y las palabras).
Bueno, pues como decía al principio, expusimos 53 ilustraciones (fotocopiadas, ampliadas, plastificadas e identificadas de distintos libros) en las que una sorprendente “fauna lectora” se ofrecía a nuestros ojos incrédulos y sorprendidos: monos, osos, ranas, lobos, conejos, topos, perros, patos, elefantes... han sido dibujados y coloreados con libros o periódicos en las manos... Quisimos resaltar el valor de esas imágenes (no sólo como creaciones artísticas valiosas) sino como auténticas fábulas lectoras (los protagonistas son animales, pero nos hablan de comportamientos humanos) sobre las que poder reflexionar en el momento de las visitas.
Desde el Seminario de BLI elaboramos unos sencillos documentos para ayudar a la reflexión, a la vez que se hacía la visita. Se invitaba al alumnado a realizar un inventario de la fauna lectora que aparecía en las vitrinas y a elegir el animal más lector (el que más veces aparecía, en este caso). Nos fijamos e interpretamos los contextos de lectura que vimos o imaginamos, hasta el punto de permitirnos observar ejemplos de: lectura en familia; lectura en solitario; lectura en voz alta; lectura de la madre o padre al hijo o la hija; lectura concentrada; lectura compartida... Observamos, de la misma manera, lectores sentados, lectores tumbados, lectores de pie, lectores al lado de la ventana, lectores en la biblioteca, lectores acrobáticos, lectores silenciosos, lectores absortos, lectores alarmados ... Lectores de libros, lectores de prensa diaria, lectores de revistas ... Se invitaba a chicos y chicas a que señalasen la imagen que más les había sorprendido o la que les resultaba más familiar; con qué imágenes se identificaban ellos por leer de la misma manera o en la misma posición.... Cuál era la imagen más extraña o la más divertida...
Desde cada una de las ocho vitrinas se nos invitaba a reflexionar, con dos frases repetidas que decían:
- ¿Qué tendrán los libros que hasta los animales leen?
- Si éstos leen, ¿no vas a leer tú?
En la biblioteca escolar, dos maletas guardaban todos los libros de los que se habían extraído las ilustraciones para que el profesorado que lo desease se los llevase a su clase y pudiese ofrecer a niños y niñas la lectura de los mismos o para que se leyesen directamente en la biblioteca, a la vez que se visitaba la exposición.
Una exposición que resultó sorprendente y muy interesante y con un valor añadido incluso, para los niños y niñas recién llegados a nuestro centro (de Bulgaria y de Lituania) y que desconociendo nuestro idioma pueden leer las imágenes, las onomatopeyas, etc. que aparecen debajo de las mismas, favoreciendo las actuaciones del plan de acogida.
Bueno, pues eso, aquí dejo la idea para quien quiera llevarla a su centro o a su biblioteca escolar, no sin antes recordar que la escasez de medios se puede suplir con imaginación y trabajo constante.
Durante el curso escolar 2006-2007, el Seminario de BLI del colegio está formado por las siguientes maestras/os y madres: Lupe Costa, Ana Pueyo, Julio Arellano, Oliva Pacín, Mercè Lloret, Rosa López, Nati Ibarz, Elisa Carceller, Pilar, Nuria Cortés, Loli Arroyo y Mariano Coronas.
i Durante el curso escolar 2006-2007, el Seminario de BLI del colegio está formado por las siguientes maestras/os y madres: Lupe Costa, Ana Pueyo, Julio Arellano, Oliva Pacín, Mercè Lloret, Rosa López, Nati Ibarz, Elisa Carceller, Pilar, Nuria Cortés, Loli Arroyo y Mariano Coronas.