En la actualidad, todos los docentes nos enfrentamos a nuevos retos educativos: la escolarización de inmigrantes, minorías étnicas, alumnos pertenecientes a familias en desventaja social y alumnos diagnosticados como alumnos con necesidades educativas especiales.
Todos estos alumnos presentan una serie de necesidades educativas derivadas por el desconocimiento de la lengua vehicular del proceso de enseñanza – aprendizaje, por tener una base deficitaria de la misma o por presentar una serie de características personales, psíquicas o sociales que no le permiten seguir el mismo ritmo de aprendizaje que el resto de los alumnos, requiriendo una enseñanza individualizada.
Como maestra de Educación Especial, mi principal objetivo es ofrecer una respuesta educativa adaptada a las necesidades de estos alumnos, atendiendo a sus características personales y sus posibilidades.
Gracias a mi paso por la Consejería de Educación, donde participé en varios proyectos, conocí que, paralelamente a este escenario, se suceden nuevos avances, nuevos escenarios educativos y nuevos recursos inmersos en la estructura del centro que permiten abordar el currículo desde diferentes espacios. Hablo en todo momento de la biblioteca escolar, y no como una sala de lectura e intercambio de libros, sino como un espacio abierto para el aprendizaje, presente en las diferentes áreas curriculares.
Gracias a este descubrimiento, la biblioteca escolar se ha convertido en una herramienta indispensable de trabajo en mi aula donde la motivación del alumnado aumenta.
CONTENIDOS QUE SE PUEDEN TRABAJAR DESDE LA BE ATENDIENDO A LA DIVERSIDAD
Como he mencionado, en este nuevo espacio tienen cabida las diferentes áreas curriculares, a saber, el área de matemáticas, área de lengua, de conocimiento del medio, inglés, nuevas tecnologías, etc., pero me voy a centrar en el rincón de la atención a la diversidad.
La base de todo aprendizaje es la lecto–escritura. Ello les permite una comprensión adecuada y significativa, una comunicación e integración con el resto de alumnos.
Para trabajar la lecto-escritura, así como para la adquisición de un vocabulario básico en alumnos con necesidades educativas especiales y alumnos inmigrantes con desconocimiento de la lengua vehicular del proceso de enseñanza-aprendizaje, nos encontramos con los siguientes recursos en la biblioteca escolar:
Colección “Poquito a Poco”: se trata de una colección de libros que favorecen las primeras lecturas del alumno, a través de la introducción progresiva de consonantes.
“Jorge y los Colores”, “ La Gente de mi Calle”, “Las Cuatro Estaciones”, “Cuentos de la Granja ”...: son libros de fácil comprensión que permiten la interiorización de un vocabulario básico de cada una de dichas unidades.
“Diccionario en Imágenes”, “Mi Primer Libro de Palabras”, “Primeras Palabras”... donde los alumnos, casi sin darse cuenta, y a partir de cuentos, canciones, lecturas colectivas, van adquiriendo vocabulario.
Colección “ La Jirafa Sabia ”, con títulos como “Ya sé relacionar imágenes y palabras”, “Los animales, sus nombres, sus dibujos”, “¿Dónde están?”, “¿Qué hora es?”, “Formas y colores”, “Los animales pequeños y sus mamás”: Todos estos títulos se corresponden con temas concretos del currículo, que permiten ampliar el conocimiento del niño, desarrollando la observación y enriqueciendo su vocabulario.
Otro tipo de colección sería : “¿Y esto qué es?”, “Rodando, rodando”, “Aprendiendo a contar”, “Aprendiendo las figuras”, “Animalfabeto”, “Mi reloj”, “El libro de hacer todo”, “Con todo corazón”, “De todos los colores” . Esta colección se caracteriza por tener historias de todos los colores, en cartón duro, con agujeros por donde mirar en su interior y tocar, ofreciendo al niño la posibilidad de descubrir nuevas dimensiones.
Para poder abrir una perspectiva más amplia del mundo y abrirnos a la interculturalidad, existen recursos como “Todos somos iguales”, “Mi casa es tu casa”, “La cosa más dulce del mundo”, “África, pequeño Chakra”, “Los colores de la casa”, “Un mundo de creencias”, “Palabras de caramelo”, “Religiones del mundo”, “Háblame de ti”, “El lugar más bonito del mundo”, “La noche de la calle”, “Una vida como la mía”, “Cuentos populares del mundo” , Colección “Llegué de...”: es una colección de libros sobre historias propias de niños de varios países: China, Etiopía, Ucrania, Rusia, Colombia, Nepal, etc.
“El zoo de Pitus”, “Mi hermana Aixa” ”, “De carta en carta”, “La casa del árbol”, “El colegio de Ana” : son otro tipo de recursos que nos podemos encontrar para aquellos alumnos que ya tienen adquirido el proceso lecto-escritor y que quieran vivir aventuras y nuevas experiencias que quizás el entorno próximo no pueda ofrecer.
ACTIVIDADES QUE SE PUEDEN LLEVAR A CABO EN LA BIBILIOTECA ESCOLAR :
En este nuevo espacio, podemos realizar actividades propias de animación a la lectura, como lectura comprensiva, realización de fichas de lectura (actividades tradicionales), etc., pero podemos ampliar esta tarea a perspectivas más amplias si trabajamos sobre ello con interés, en primer lugar, por parte de los docentes.
Se pueden llevar a cabo múltiples actividades que no tienen por qué corresponderse únicamente con la semana cultural, con el día del libro o el día de la paz, sino que pueden estar estrechamente relacionadas con los contenidos de la propia programación:
La hora del cuento:
Lectura de cuentos o historias de manera individual.
Lectura de cuentos o historias de manera colectiva.
Escuchar cuentos narrados oralmente y con los ojos cerrados.
Recitar poemas.
Cantar canciones.
Invención de poemas a partir de un texto leído.
Responder oralmente a preguntas sobre textos realizados.
Describir a los personajes de un cuento leído.
Describir de manera oral la historia leída distinguiendo tres partes o momentos.
La hora de la actividad plástica:
Representar, a partir de dibujos, el contenido del libro leído, historia...
Creación de fichas de vocabulario básico.
Creación de un cómic (estructurado en viñetas) que contenga el contenido del relato en diferentes momentos en los que han sucedido.
Buscar en revistas imágenes que se correspondan con el texto leído.
Realizar murales o collages sobre la temática del relato, poema, rima...
Exponer de manera gráfica lo que indiquen frases escogidas de la lectura.
La hora de la actividad lúdica:
Representar escenas de un fragmento de una obra de teatro.
Realizar juegos lúdicos: tangram, intelligent, tabú...
Elaborar crucigramas con palabras correspondientes a lecturas leídas.
Escritura de dictados.
Escritura de dictados donde aparecen errores que deben encontrar y corregir.
Actividades didácticas:
Buscar el significado de palabras en diccionarios o enciclopedias.
Utilización de atlas.
Copias de fragmentos.
Elaboración de fichas fotocopiadas.
Estudio de áreas específicas.
Realización de pruebas escritas.
Todas estas actividades se pueden realizar en cualquier parte de la biblioteca (en mesas individuales, grupales, sentados, echados en la alfombra...), tanto en grupos pequeños como en grandes grupos o de manera individual, y en cualquier área, ya sea curricular básica, alumnos de educación especial, alumnos de educación compensatoria...
La biblioteca escolar da un paso más en la realidad educativa, convirtiéndose, a la vez, en un lugar de socialización, de adaptación al grupo, de integración y de participación.
EN CONCLUSIÓN:
La biblioteca escolar se convierte en una herramienta de trabajo muy solicitada y apreciada por los propios alumnos, pues el aprendizaje se convierte en un proceso especial donde ellos mismos pasan a ser los protagonistas de su aprendizaje.
Desde mi corta experiencia, y para el aula de Pedagogía Terapéutica, la biblioteca escolar se ha convertido en un recurso y , a la vez, en un refuerzo motivador para los alumnos, pues gracias a ella mejoran su comprensión oral y escrita, interiorizan y/o perfeccionan la lecto–escritura, así como las habilidades sociales, aumenta la comunicación con sus iguales, compartiendo tiempo y actividades que favorecen la integración en el grupo.