Participar, un poquito solamente, en este gran proyecto de iniciación y acercamiento a la lectura, no es una propuesta improvisada de hoy para mañana, si no que es un largo proceso, que nace casi sin buscarlo y que el punto de partida fueron peticiones realizadas por maestros y escuelas muy cercanas a mi entorno.
Con el tiempo, se extendieron los comentarios de los resultados de los encuentros realizados y me llegaron propuestas de diversas procedencias, ya fueran a través de editoriales o a nivel particular.
Ahora los encuentros son, para mí, casi una necesidad de estar con los niños, de conocer a los maestros y de transmitirles a todos, la ilusión y la magia que está dentro de los cuentos y que, poco a poco, he descubierto yo misma.
El nacimiento de mis cuentos, siempre ha venido precedido de una gran inquietud por buscar la manera de despertar la curiosidad y el interés de los niños, y ayudarles a descubrir con las ilustraciones, todo un mundo de formas, colores y texturas, para que a través de la mirada, se introduzcan en el texto de manera cómoda y placida.
Siempre he ilustrado cuentos que han escrito autores varios pero estos últimos años, he decidido crear mis propias historias, escribiéndolas primero e ilustrándolas después.
Esta nueva etapa, me ha dado la posibilidad de conseguir unidad de texto e imagen.
Aun siendo los niños los protagonistas, el trabajo de los maestros en los días previos a los encuentros, la preparación que cada escuela realiza a su manera, con resultados siempre muy satisfactorios, crea un clima de expectación que es imprescindible para que luego resulte mejor mi actividad.
La emoción se plasma en las caras de los primeros lectores, al ver el proceso creativo de un personaje.
A partir de un rotulador y enlazando trazos, aparece en una cartulina una imagen, que les es familiar y que nace de manera un tanto mágica.
Los encuentros, están llenos de buenas vibraciones, compartidas con maestros y niños.
Despertar en los niños la ilusión primero y el interés después, por la lectura y testar sus reacciones, estar atenta a sus actitudes, comentarios y preguntas, me ayuda luego a escribir y a ilustrar cuentos, que estén más cerca de sus centros de interés.
En los momentos de creación, en mi estudio, delante del papel en blanco, con el lápiz en la mano, todas las imágenes vividas, todas las caras de los niños, todas las conversaciones con los maestros, son factores que están presentes y me ayudan a que mis personajes y mis historias fluyan de manera más natural y espontánea.
Percibir la participación, la singularidad y la diversidad de cada escuela, de cada aula, es lo que mas me motiva, me gratifica y me anima a seguir con estas experiencias.
Este ir y venir da una dimensión global del trabajo colectivo y de los esfuerzos compartidos, con los editores y los comerciales, las escuelas y los maestros, los animadores, los autores y los ilustradores, que como yo, intentamos crear ilusión por la lectura y a conservar este poquito de inocencia, de creer en la magia de las palabras escritas y de las ilustraciones.
Un cuento no esta terminado hasta que un niño no lo ha leído.
Esta frase, con la que termino mis encuentros con los niños, me ayuda a que comprendan como se cierra el ciclo del cuento, el autor los crea….pero si los niños no lo leen, los cuentos no están terminados.
Gracias a todos por hacerlo posible, sin vosotros no hay cuentos, ni lectura, ni ilusión.
Las ilustraciones pertenecen a los libros:
“Una cena de narices”. Colección Tren azul, Editorial EDEBÉ.
“Tupi y la Bruja ”. Colección Los pictogramas de Tupi. Editorial EDEBË.
“La siesta de Tse-Tse”. Colección Maticuentos. Editorial EDEBÉ
“Quiero escribir un cuento”. Colección Tren azul. Editorial EDEBÉ
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