Si preguntáramos sobre la importancia de la biblioteca
a algún profesor o profesora de secundaria admitiría,
sin duda, que es un recurso formativo necesario para la educación
del alumnado. Si le preguntáramos además que en
cuántas ocasiones ha empleado este recurso en su práctica
docente, nos sorprenderíamos -o quizás no- con su
respuesta. Probablemente, haciendo un esfuerzo de memoria, nos
cuente que en cierta ocasión mandó o sugirió
a sus alumnos que leyeran ciertos títulos; pero que la
experiencia no tuvo demasiado éxito, puesto que, a pesar
de la recompensa prometida, pocos fueron los que voluntariamente
se decidieron. O quizás nos diga que en la programación
se establecen ciertas lecturas obligatorias, cuyo control es,
por lo general, bastante laso. O, a lo mejor, que no sabe siquiera
dónde se encuentra la biblioteca.
No obstante, las bibliotecas escolares mejoran, la administración
las dota, nuevos recursos bibliográficos arriban constantemente
a sus estantes, hasta el punto de que es preciso hacer frecuentes
expurgos para acogerlos. Por un lado, los organismos oficiales,
como los Cabildos, Universidades, Ayuntamientos, se han convertido
en sus promotores y no cesan de aportar donaciones que recogen
las publicaciones de su patrocinio. También las propias
bibliotecas adquieren material por su cuenta... Los asesores de
las Consejerías publican abundante material orientativo
para la dinamización de bibliotecas. ¿No estamos
entonces ante una paradoja? “Nunca han sido tantos los recursos
y en proporción tan pobres los resultados”. Lo sabemos.
La cuestión está en cómo ponerle remedio.
Una cosa está clara: no es únicamente cuestión
de recursos. Se trata de buscar fórmulas con que afrontar
semejante desafío. Un desafío que pasa por el esfuerzo
de todos.
Movilizar a la totalidad de los componentes de la comunidad educativa
es el punto de partida inexcusable. Padres, alumnos, profesores,
agentes externos como ayuntamiento, asociaciones de vecinos, etc.
han de participar en el proceso. Pero, tan solo con mencionarlos
nos hacemos una idea de la magnitud de la empresa. Será
cuestión de empezar por detectar las dificultades, luego
determinar cómo abordarlas y confiar en que realmente,
con los medios disponibles, tengan solución. Confiar que
no sean realmente estructurales., porque todo cuerpo está
sometido a su propia inercia, tradiciones y hábitos que
se imponen desde su propia naturaleza o circunstancias.
El proyecto de biblioteca del IES Eusebio Barreto “Una biblioteca
para todos” se propone conseguir sencillamente que los alumnos
y alumnas lean. Este es el objetivo que le da sentido. Todo lo
demás son medios para ello. Una duda es si habremos elegido
los medios adecuados. También si seremos capaces de desplegarlos
y aplicarlos. Pero, ¿de qué medios hablamos? En
aras de la claridad, los clasificamos en dos tipos: medios materiales,
que se despliegan a base de presupuesto, y medios humanos que
se movilizan incentivando la voluntad.
En relación a los medios materiales, nuestro Proyecto propone
mejorar el espacio de la biblioteca. Básicamente cambiar
el mobiliario, que se ha quedado disfuncional: renovamos las mesas
y sillas, que eran demasiado pequeñas para la talla tipo
del alumnado actual, renovamos armarios, algunos de los cuales
presentaban síntomas de obsolescencia. Destaca también
el aspecto estético: hacer el espacio más agradable;
decorar y pintar paredes y techos. ¿Mejorará todo
esto los niveles de lectura? Cuestión de difícil
respuesta; pero al menos podemos recrearnos ante la contemplación
de unos resultados agradables.
Por ahora, ésta ha sido la parte fácil. La cuantía
del premio recibido, 10800 euros, ya ha permitido adquirir los
materiales, su montaje y distribución. La biblioteca ha
ganado en imagen.
Queda ahora tratar el segundo tipo de medios a movilizar, los
recursos humanos. Aquí haremos una nueva clasificación.
Cabe distinguir entre los recursos humanos referidos a la organización
del material de la biblioteca y los que llamaremos recursos externos
a la biblioteca, o sea, aquellos a quienes compete el desarrollo
de actividades que impliquen directamente la lectura, es decir,
básicamente, el profesorado.
En el primer caso, los recursos humanos referidos organización
de la biblioteca, el Proyecto contempla la participación
de becarios voluntarios financiados por el Ayuntamiento o bien
provenientes de alguna asociación de tercera edad u ONG.
Su participación resulta vital para catalogar y ordenar
el material bibliográfico, informatizando los datos, según
el programa de catalogación de bibliotecas ABIES. Sin embargo,
las gestiones hasta ahora realizadas no han resultado exitosas.
Seguimos así teniendo un déficit notorio en la catalogación
de nuestros fondos, llegando a más de la mitad los que
permanecen sin catalogar.
No obstante, se ha conseguido mantener la biblioteca abierta la
mayor parte del horario diurno y principalmente durante los recreos.
Para ello ha habido que recurrir a los profesores de guardia.
Queda pendiente, sin embargo, el horario de tarde, aunque se contempla
que en el tercer trimestre contemos con la participación
de algunos alumnos voluntarios de los cursos superiores, los cuales
cuidarán de la biblioteca, además de ayudar a otros
alumnos en la realización de sus tareas. Para ellos el
Proyecto destina una cantidad, en calidad de un reconocimiento
remunerado - bonos para la adquisición de material cultural.
Los padres ocupan también un lugar destacado en el Proyecto.
Su participación efectiva resulta aún más
destacable por lo insólito del hecho. El dinamismo del
AMPA lo está haciendo posible. Conjuntamente con el responsable
de la biblioteca se ha constituido un club de lectores. Participan
padres –varios-, alumnos –tres- y profesorado –dos.
Sin duda no constituimos una multitud; pero el que el fenómeno
exista ya es alentador. Hasta ahora ha habido dos sesiones, y
en breve haremos la tercera. Realmente lo que hemos hecho es captar
a algunos de aquellos alumnos que de por sí ya leen. Pero
se trata de consolidar el grupo y hacerlo notorio en vistas a
captar otros alumnos menos entusiastas de la lectura.
El proyecto prevé también la participación
directa del alumnado en la gestión de la biblioteca. Para
eso se constituye la figura de la Comisión de Biblioteca.
Pero, hasta ahora sólo como etérea figura. Las peticiones
que se hicieron al comienzo del curso solicitando voluntarios
para formarla fracasaron. Por eso, permanece como un desiderátum
para cursos venideros.
La biblioteca por su parte, a través de su encargado, también
hace por promocionarse a sí misma, y, por supuesto, la
lectura. Nos referimos a otra de las iniciativas del Proyecto.
Consiste en el desarrollo de dos acciones. La primera, la realización
de un concurso de cómic; la segunda, la elección
del lector del trimestre.
La primera pedía que los alumnos concursantes pasaran al
formato de cómic un capítulo o fragmento de capítulo
de una obra de Julio Verne -implicando ello que los concursantes
habrían de leerse al menos ese capítulo-. Nos damos
cuenta de que la convocatoria tiene un alcance reducido: solo
para el alumnado con aptitudes para el dibujo. Pero se consigue
promocionar la biblioteca y su entorno, haciendo que ésta
esté presente de algún modo entre las percepciones
cotidianas del alumnado. La exposición con los trabajos
realizados sería una buena promoción. Eso puede
animar a alguno a interesarse por lo que ella contiene. Como quiera
que la fecha límite para la recepción de los trabajos
era el 13 de marzo, podemos referir los resultados. Hubo un concursante,
un alumno de 3º de la ESO, que adaptó un capítulo
de Veinte mil leguas de viaje submarino.
La segunda actuación consiste en premiar con libros u otro
material cultural al lector más asiduo a la biblioteca.
Esto es, al alumno o alumna que más libros haya solicitado
prestados y que presumiblemente habrá leído. Hasta
ahora, el número máximo de libros prestados por
alumno y por trimestre ha sido cinco.
Finalmente, el Proyecto pone su énfasis en las actividades
a desarrollar por el profesorado. Es el motor del Proyecto. Los
Departamentos deberían incluir actividades de aula, imbricadas
en el desarrollo de la programación, que condujeran a la
lectura, o al menos a la consulta del material en la biblioteca.
El Proyecto dedica un apartado a sugerir actividades de esta naturaleza.
Sin embargo son los Departamentos los que deben situarlas en el
curso del desarrollo de sus programaciones. Hasta ahora el éxito
es más bien escaso. Las Programaciones son demasiado rígidas
en cuanto a la cantidad y secuencia de los contenidos. Hay que
dar programas enciclopédicos, que se centran fundamentalmente
en contenidos conceptuales, cuya retención por el alumno
es la más fácil de evaluar. El profesorado no piensa
en términos de objetivos a lograr sino en el de contenidos
a impartir. Esto es ciertamente una rémora para la lectura
y el trabajo creativo.
Aun así, esporádicas actuaciones se llevan a cabo.
En el Proyecto se encuentra programada la actividad que consiste
en la lectura de la obra “La vuelta al mundo en 80 días”
como punto de partida para el desarrollo de los contenidos de
geografía e historia. Se trata que por medio de esa lectura
los alumnos completen información geográfica e histórica
- acerca de los países y regiones del recorrido -. En la
actualidad un grupo de alumnos de cuarto de la ESO desarrolla
la actividad.
Otras actividades proyectadas y realizadas se refieren a consultas
puntuales en enciclopedias y libros de texto. Se trata de buscar
información para resolver ciertas cuestiones relacionadas
con los contenidos de la materia. Por ejemplo, hacer un informe
que explique la importancia que tuvo para Darwin lo que sucedía,
en las islas Galápagos, con los pinzones.
También están actividades lúdico-formativas
como la búsqueda de ciertos títulos de libros, CDs
o cintas de video a partir de pistas que apuntan a su contenido,
como por ejemplo buscar una lámina de pintura titulada
las tentaciones de San Antonio, realizada por un pintor subrealista
nacido en Figueras. Se pide finalmente que se indique el título
del libro y el armario en el que se encuentra. En la
asignatura de inglés cuando se ha relazado la actividad,
las pistas o indicaciones se dan en este idioma.
Hay además actividades que suponen el manejo de la prensa.
Como aquella que empieza con un análisis de los títulos
que aparecen en la portada de distintos periódicos, y que
continúa con la clasificación de éstos, según
determinadas categorías establecidas previamente: política
nacional, internacional, economía, sociedad, religión,
cultura, etc.
En definitiva, actividades, la mayoría, que tienen cierto
regusto a lo anecdótico. A algo circunstancial consecuencia
del Proyecto, pero sin incardinar aún en la práctica
docente. Y es que leer en estos días, lejos del eslogan,
no es una actividad lúdica o divertida. Cuesta trabajo.
Y no sólo a los alumnos; también a los profesores.