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  NÚMERO 2 \ EXPERIENCIAS -- SECUNDARIA
 
 

UN CAMINO DE INTEGRACIÓN: LA BIBLIOTECA DEL IES FRAY LUIS DE LEÓN DE SALAMANCA.

Milagros Brezmes Nieto. Profesora del Área de Trabajo Social y Servicios Sociales.

 

 


Desde el curso 2000-2001 en el IES Fray Luis de León de Salamanca se ha desarrollado un proyecto de intervención que, fundamentalmente, consiste en mediar entre los alumnos con resultados académicos desfavorables y procedentes de medios socio-culturales bajos y los recursos que tiene el centro en su biblioteca. Esta mediación trata de conseguir que estos alumnos rebajen sus mecanismos de defensa, eliminen el rechazo que les produce todo lo que suena a académico, y acepten la ayuda que se les ofrece como un primer paso para prevenir posibles situaciones que en el futuro pueden generar exclusión social.

La experiencia de todos estos años ha sido apasionante, teniendo que afrontar numerosas dificultades. El balance de resultados cuantitativos a medio y largo plazo tal vez no es muy brillante, pero está compensado con creces por los cualitativos.

El poeta nos dice que “se hace camino al andar”; por nuestra parte hemos de recordar que los primeros pasos son los más dificultosos. En este caso concreto los primeros pasos pudieron darse por la concepción que el coordinador tiene de la biblioteca como espacio de la posibilidad, por su compromiso con la idea de que desde ella se puede trabajar para que la escuela sea realmente un lugar de lucha contra las desigualdades sociales de origen de los alumnos. En definitiva, por tratar de hacer realidad que el centro escolar ofrezca posibilidades a todos por igual.

Esta concepción y compromiso, asumidos y compartidos por los órganos de dirección y colegiados de la institución, supuso realizar un análisis en el que se constató que los recursos que se ofrecían (significativamente el equipo de apoyo al estudio que forma parte del eje central de la biblioteca) nunca eran utilizados por los alumnos que más los necesitaban, así como que tampoco lo eran aquellos otros servicios de carácter más lúdico (club de amigos de la biblioteca). Todo ello llevó a identificar el problema y también a considerar que para afrontarlo se tenían que articular intervenciones que deberían ser realizadas por profesionales distintos a los profesores, ya que había que acercarse a los chicos, pero también a sus familias, procurando hacerlo en un medio informal para conseguir la aceptación de una ayuda rechazada anteriormente.

El IES Fray Luis de León consideró que los profesionales más adecuados eran los trabajadores sociales, se dirigió al Área de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Salamanca e inició una colaboración en la que han participado, en cuatro años, 28 alumnos de tercer curso de la Diplomatura de Trabajo Social quienes, bajo la coordinación y supervisión de la profesora de la universidad y el estrecho seguimiento de los responsables de la biblioteca, han sido los encargados de la realización del proyecto.

La intervención se inicia siempre con la selección de los alumnos, teniendo en cuenta el número de suspensos (cuatro o más) y el nivel socio-cultural de la familia (bajo). Esta selección es realizada, después de la primera evaluación, en los primero cursos de ESO por el jefe de estudios, el coordinador de la biblioteca y el Departamento de Orientación. Confeccionada la relación definitiva, el director escribe a las familias informando de que unos determinados profesionales van a ponerse en contacto con ellas y sus hijos para hablar de los resultados académicos y de las posibles alternativas.

Estas actuaciones iniciales son de especial importancia porque reflejan que se está ante un proyecto aprobado y compartido por la comunidad educativa. Además, desde el primer momento, se intenta dejar claro que la situación es vivida por muchas familias. Es decir, es especialmente relevante que tanto los chicos como sus familias sientan que son objeto de preocupación por parte del centro, pero una preocupación totalmente normal. Por ello se transmite la seguridad de que es posible superar lo que se está viviendo; sólo es necesario el deseo de hacerlo y, como primer paso, aceptar la ayuda que se ofrece.

La idea de combatir la consideración de “caso único” está también presente en los primeros encuentros con los alumnos. En ellos es también primordial rebajar, neutralizar, los mecanismos de defensa ante la institución académica. Esta es la razón por la que se provoca el encuentro con cada uno de ellos fuera del aula.

El profesional, después de estudiar detenidamente todos los datos de cada chico, sale a su encuentro, se dirige a él por su nombre, se presenta como parte del instituto para transmitirle el interés por sus notas, pero sobre todo se centra en conocer su opinión sobre ellas, qué cree que se puede hacer, etc. , para pasar a hablar de sus gustos, en sus aficiones. En definitiva, se trata de que perciba que se le valora más allá de su condición de alumno.

En el momento en que sea posible se intentará mostrarle que en la biblioteca puede encontrar el sitio adecuado no sólo para estudiar sino, también, para tratar de desarrollar todo aquello que forma parte de su ocio.

Lo importante del primer encuentro es conseguir que inicie un acercamiento a un lugar donde va a encontrar un ambiente diferente, donde no se rechazan las actividades de lecto-escritura y donde puede integrarse en grupos de iguales que comparten sus aficiones. Se inicia, por tanto, la aceptación de la ayuda utilizando aspectos informales para llegar a un acuerdo, combinando actividades lúdicas y escolares. A ello hay que añadir que se utilizan las aficiones como instrumentos para introducirlos en actividades relevantes para su currículo académico.

El acuerdo supone el establecimiento de una relación con el profesional que será el encargado de seguir la evolución del chaval y de mantener informada a la familia.

Una vez hecha la entrevista con el alumno, se habla por teléfono con su familia planteando la posibilidad de poder comentar con más detenimiento los resultados académicos y los recursos del centro, ofertándose que la entrevista tenga lugar en el domicilio familiar. Esta oferta viene a suponer una muestra de acercamiento; se trata de que la familia se sienta más segura porque está en su medio. A ello hay que añadir que esta modalidad de entrevista es especialmente interesante por ofrecer información añadida significativa.

En la entrevista familiar permanecen las finalidades señaladas con anterioridad, de manera que se ha de normalizar la situación. Es importante informar sobre los recursos, pero mucho más conseguir que la familia asuma que juega un papel crucial para que el hijo inicie el cambio necesario. Se comenta el acuerdo alcanzado con él para que los padres/tutores lo asuman y participen activamente en su cumplimiento. Esto supone concretar su papel y adquirir el compromiso de mantenerlos informados siempre que lo deseen.

Durante todos estos años la experiencia ha mostrado lo adecuado de realizar las entrevistas en un medio informal. Los chicos, superada la sorpresa inicial, parecen tranquilos, colaboradores, relajados, dispuestos a hablar. Sólo en raras ocasiones han mostrado y mantenido actitudes de rechazo. Igualmente, la mayoría de las familias han preferido tener la entrevista en su domicilio. Durante ella no han parecido tener dificultades para hablar de lo que les preocupa más allá de los resultados académicos, y han valorado y agradecido la disponibilidad para poder mantener la entrevista.

Generalmente los alumnos inician su relación con la biblioteca a través de sus aficiones y utilizando como primer contacto al profesional que conocen. Es éste el que los introduce en los grupos ya formados (club de amigos de la biblioteca) o facilita la creación de otros. Todos estos grupos actúan como estructuras de acogida e integración en un medio diferente.

Se intenta, en primer lugar, que los chicos se integren en lo ya existente, de manera que se les ofrece la posibilidad de incorporarse en grupos de iguales distintos a los que hasta ese momento pertenecían. Esta actuación trata de crear para el chaval redes de apoyo diferentes por la constatación de que, generalmente, a las que pertenecen se rigen por normas y valores que refuerzan conductas inadecuadas para el cambio que se pretende.

Por medio de las actividades lúdicas se les inicia en actividades de búsqueda de información, utilización de nuevas tecnologías, lecto-escritura, etc.. En el desarrollo del trabajo del grupo suelen aparecer dificultades que no pueden resolver. Es esta circunstancia la que se aprovecha para acompañar en la petición de ayuda a los profesores de apoyo al estudio, de manera que los chavales van normalizando el reconocimiento de la necesidad de ayuda y el acercamiento al profesor para superar la situación.

A lo largo de la experiencia hemos comprobado que si es complicado que los chicos se acerquen a la biblioteca, lo es mucho más que realmente se integren en los diversos grupos y actividades. Convertir en hecho habitual su asistencia a la biblioteca requiere una tarea de permanente seguimiento y estímulo que han de realizar los profesionales. Las actividades lúdicas, se convierten en estructuras de acogida y de integración que han de ser utilizadas permanentemente. Sólo se puede pensar en que la actuación ha tenido éxito si se consigue que los alumnos formen parte de los grupos de manera estable, si se les ha incorporado en redes de iguales que facilitan el cambio de actitudes y conductas para superar el rechazo a los valores ligados al medio académico.



Como norma general se intenta que todos los trabajos grupales se compartan por medio de la revista Mil Estrellas; en ella se plasma lo realizado, de forma que muchos chavales sienten no sólo que son capaces de hacer cosas en la biblioteca, sino que, además, esas cosas interesan hasta tal punto que se convierten en autores de un artículo. De esta manera ven reconocido su trabajo, su esfuerzo. Se eleva su autoestima diciéndoles, indirectamente, que han hecho frente a dificultades que hasta entonces habían rehuido.

La revista, que es exclusiva de la biblioteca, se configura como un recurso de primer orden para reforzar la integración y la autoestima de los que participan en su confección.

Son los componentes del club de amigos de la biblioteca (jóvenes lectores, jóvenes escritores…) los que deciden las secciones, los que encargan y seleccionan los artículos y, también, el número de ejemplares y entre quién se va a distribuir. El día en que está finalizada se vive como un día de “fiesta” en el que los autores se van dedicando los ejemplares y se muestran satisfechos del trabajo realizado. Por tanto es una revista en la que hay que resaltar su calidad humana.

El camino para conseguir la integración en la biblioteca y el acercamiento a los apoyos académicos es largo y complejo, pero siempre merece la pena iniciarlo porque sólo así algunos chicos podrán comenzar una nueva ruta llena de posibilidades.

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